domingo, 14 de junio de 2009

El más bello amor de Don Juan

Es uno de los seis relatos que se encuentra en “Las diabólicas” (1874), la obra más conocida del escritor francés Jules Barbey D’Aurevilly.
El cuento está dividido en cuatro pequeñas partes.
Todo empieza con un diálogo entre un hombre y una mujer. Ella, la (vieja) marquesa Guy de Ruy, duda de que aún pueda existir algún don Juan; mientras éste (cuyo nombre nunca sabemos) afirma que efectivamente sí existe ya que está “encarnado” en el conde Julio Amadeo Héctor de Ravila de Ravilès, el cual es su amigo. A medida que avanza la conversación ella reconoce que ciertamente ese conde es don Juan.
Este hombre le cuenta que hace poco don Juan estuvo con doce mujeres (de un barrio llamado Saint Germain) en el gabinete íntimo de la condesa de Chiffrevas. Estas mujeres eran condesas, duquesas y marquesas ya maduras. Por su parte, don Juan también es presentado como un hombre mayor.
Se habían reunido en dicho gabinete para tener una cena bien particular, en la cual ellas se mostraron muy coquetas y bellas con él, tanto así que lo trataron como a un rey.
Este hombre nos aclara que él no estuvo presente en la cena sino que fue el mismo don Juan quien le contó todo el asunto.
Durante la cena, las mujeres y don Juan lo que hicieron fue comer, coquetear, bromear un poco y hablar. En la madrugada, cuando los ánimos de las mujeres comenzaron a disminuir, una de éstas le preguntó a don Juan cuál había sido el amor más bello de su vida; y él, sin problemas, se dispuso a contar su historia, despertando una vez más el ánimo de todas las presentes.
Comienza don Juan su narración comentando que hay muchas teorías sobre el amor más impactante de todos; unos dicen que no es el primero, otros dicen que tampoco es el último, algunos afirman que es el segundo, pero, según él, en el campo del amor todo puede ser cierto o falso.
Él cuenta que ese amor se dio en los mejores tiempos de su juventud. Se encontraba en una relación con una bella marquesa, la cual poseía todos los atributos que se le podrían pedir a una mujer; y que, a pesar de ser torpe en las caricias, ella poseía mucho amor. Esta dama estaba casada y, además, tenía una hija de trece años.
Don Juan disfrutaba mucho estar con esa mujer. También cuenta que la hija era fea y que aunque él la trataba con cortesía ella siempre le respondía con desprecios. Comenta que la niña era muy devota y se confesaba con frecuencia.
Un tiempo después, la marquesa le contó a don Juan algo increíble. Al parecer en aquellos días el cura confesor de la niña fue a hablar con la madre para decirle que su hija le había dicho que estaba encinta, aunque él estaba convencido de que todo era un error. La madre preocupada fue a preguntarle al respecto y la hija le respondió que era cierto, que estaba encinta del conde Ravila, es decir, de don Juan.
La situación se aclaró cuando la niña le contó a su madre lo que había pasado. Fue una noche en la que el conde estaba sentado en un sillón de la casa; después que él se levantó y abandonó el lugar la niña se sentó en el mismo sillón y sintió algo maravilloso…creyó sentir a un niño. Y ese fue el más bello amor que este don Juan inspiró en su vida.

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